La Visión de la Iglesia: El Mandato de "Ir"

¡Qué gozo saludarte! Todos, en el fondo, anhelamos que nuestra vida tenga un propósito verdadero, un impacto que vaya más allá de nuestra rutina diaria. Buscamos significado en nuestro trabajo, nuestra familia o nuestras metas. ¿Pero qué tal si el propósito más grande que existe no es algo que debamos inventar, sino una invitación que debemos aceptar? Esta semana, reflexionamos juntos sobre el ADN de la iglesia, la razón misma por la que existimos: la misión que Jesús nos confió.

Esta semana, tenemos el privilegio de recibir una palabra poderosa de nuestro Pastor Eduardo Flores Cuyler. Él nos guía con pasión a través de las últimas y más famosas instrucciones de Jesús en la tierra. En este mensaje, basado en Mateo 28, exploramos el mandato fundamental que define nuestra identidad: “Vayan y hagan discípulos”. Esta no es una sugerencia para unos pocos; es el llamado universal que da sentido a todo lo que hacemos como creyentes.

Muchas veces, la idea de “evangelizar” puede sonarnos intimidante o lejana, algo solo para misioneros en tierras lejanas. Pero el Pastor Eduardo nos recuerda que nuestro “campo misionero” puede ser el pasillo de nuestra oficina, la llamada a un amigo que sufre o la silla junto a nuestro vecino. El mensaje nos presenta una estrategia divina y relacional, un orden poderoso: primero Oramos, luego Amamos (con acciones prácticas), y solo entonces Evangelizamos. Aprendemos que es el amor paciente el que derriba las resistencias y abre la puerta para compartir la esperanza que tenemos.

Exploramos el ejemplo perfecto de Jesús en su encuentro con la mujer samaritana en Juan 4. Él rompió todas las barreras (raciales, sociales y morales) de su tiempo. ¿Cómo? No empezó con teología, sino encontrando un “terreno común” —algo tan simple como el agua— para guiarla al “Agua Viva”. Este mensaje nos desafía a ver la urgencia de nuestra misión. Como nos recuerda 2 Corintios 9:6, “el que siembra escasamente, escasamente cosechará”. Somos llamados a sembrar abundantemente las semillas de la esperanza, sabiendo que el tiempo es valioso.

Este mensaje es un recordatorio vital de que la misión no es un programa opcional de la iglesia; es nuestro ADN. Te invitamos de todo corazón a que prepares tu espíritu para recibir esta palabra. Abre tu Biblia con nosotros y permite que Dios te hable. No te pierdas esta enseñanza transformadora; te animamos a ver o escuchar el mensaje completo y descubrir el gozo de unirte a la misión más grande de la historia.